Será
china la primera potencia mundial en algunos años.
El
mapa económico mundial sufrirá grandes modificaciones en las próximas décadas,
según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE). Este organismo que agrupa a los 32 países más
industrializados del planeta considera que dentro de 50 años China e India se
habrán convertido en las mas grandes económicas del mundo y acapararán casi la mitad de la riqueza
mundial.
Nuevo
panorama India, con un crecimiento sostenido del 5,1%, será el país que mejor
evolucione en las próximas cinco
décadas. Así, la economía india pasara de representar el 7% del total, al 18%
en 2060 con un mayor progreso a partir de 2030. China, que tendrá un
crecimiento del 4%, elevara su peso específico del 28% del total. No obstante,
la economía china lograra convertirse en
la más importante del mundo en 2030. A partir de ese año mantendrá su peso
especifico sin engordar más.
Ahorro y Crecimiento
Envejecimiento de la población
El
documento del organismo internacional señala el envejecimiento de la población
como uno de los lastres que perjudican a la productividad de los países y su
ritmo de crecimiento. La OCDE estima que
la población mundial crecerá un 0.3%
anual durante los próximos 50 años. “En igualdad de condiciones, el
crecimiento total de la población de más edad actuará como un lastre para el
crecimiento del PIB per cápita en varios países”, concluye el informe.
El
organismo internacional considera que disminuirá la población en edad de
trabajar y propone una mejora de los niveles de educación para combatir este
contratiempo. Por otra parte, señala que a nivel global la tasa de paro bajará
de los niveles actuales. A medida que los países emergentes más grandes y de
más rápido crecimiento asuman plenamente un lugar más prominente en la economía
global, nos enfrentamos a nuevos desafíos para garantizar un mundo prospero y sostenible para todos. Educación y
productividad serán los principales motores del crecimiento futuro, y debe ser
prioridades de la política mundial. Ha dicho Ángel Gurria, secretario general
de la OCDE, estima que la economía mundial va crecer en los próximos 50 años un
3% anual, pero con marcadas diferentes entre los emergentes, que irán mucho más
rápido, y los ahora países avanzados que
crecerán lentamente o descrecerán.
El aumento de los países en desarrollo, sin
embargo, es engañoso. Por ejemplo, se prevé que China multiplique por siete los
ingresos per cápita, pero sus estándares
de vida no superaran el 60% de los
países desarrollados en 2060. La zona
euro representa actualmente el 17% de la economía global, pero según las
proyecciones de la OCDE dentro de 50 años supondrá solo 9% del total. La crisis
económica que hemos estado viviendo
durante los últimos cinco años, finalmente será superada, pero es posible que
el mundo que nuestros hijos y nietos
hereden sea completamente diferente al nuestro. Dice Gurria que apunta a un
cambio en las previsiones si se dan audaces reformas estructurales en los
países avanzados que puedan igualar el crecimiento y el nivel de vida de los
mercados emergentes. Según la OCDE, España crecerá un media de un 1.7% anual
hasta el 2060, por encima de la previsión para Francia o Alemania, pero seguirá
muy debajo de la media economía global que crecerá en ese periodo un 2.9%.
El
secretario general del organismo económico cree que no ha salido del túnel de
la crisis, justifico la elaboración de este informe a largo plazo para contar
con una clara hoja de ruta que pueda cambiar el escenarioactual.
Por último, China no se conforma con recibir
capital extranjero, sino que también consigue invertir masivamente en el
extranjero gracias a las ventas de sus productos en todos los mercados
mundiales. Las inversiones de China en el exterior, por el momento, se han
concentrado en títulos seguros, principalmente del Tesoro de Estados Unidos,
cuya necesidad de financiar su enorme déficit, tanto fiscal como por cuenta
corriente, ha colocado a china en una posición envidiable, dadas las cantidades que tiene a disposición para invertir, y ha colocado a Estados Unidos,
en cambio, en una situación de cierta dependencia. Aunque la solvencia de un
país como Estados Unidos no plantea dudas, lo cierto es que China con sus
inversiones masivas, ha contribuido a que Estados Unidos haya podido mantener unos costes de financiación
reducidos. Más recientemente, China se embarcado en compras de activos reales,
fundamentalmente empresas exportadoras de materias primas, pero también de
tecnología. Dados los recursos a disposición
de China, esta política de internacionalización de sus empresas está
empezando a cambiar el ajedrez económico y empresarial mundial.
Incluso
China ha vivido ya altibajos similares pues de ser la cuna de los principales
descubrimientos la imprenta, el compas o la pólvora, paso a cerrar sus
fronteras y renuncio a vivir una revolución industrial que habría ocurrido
mucho antes que la europea si no se hubiera encerrado en sí misma. Más
recientemente la fundación de Republica Popular China en 1949 fue alabada por
los partidos de izquierda de todo el
mundo antes de la política de Mao fuera
considerada una verdadera tragedia bien entrados los sesenta.
La
euforia con la que china es valorada se
refleja no solo en las optimistas extrapolaciones sobre el tamaño futuro de su
economía, sino también en el número de
libros publicados sobre el tema. Solo en España han aparecido varios volúmenes
de autores ManelOllé y Jacinto oler Matutes y algunas traducciones como la del
libro de Jean LucDomenach que describen detalla mente cómo China ha conseguido
un desarrollo impensable hace tan solo década.
Antes
de continuar, sin embargo, es importante reiterar que la pregunta que se
plantea este trabajo aspira a un objetivo extremadamente ambicioso: en
concreto, si China podrá desbancar a Estados Unidos en su posición de primera economía mundial. Un objetivo
menos ambicioso no resultaría muy
interesante puesto que, hoy por hoy, China ya ocupa un lugar importante en el
mundo económico, tal y como había hecho durante siglos antes de que
empezara el periodo negro de dominio de potencias extranjeras, seguido de una
guerra civil de facto y de la barbarie del comunismo de Mao. Además parece
improbable que China deje de formar parte del grupo potencias económicas, al
menos mientras siga siendo una economía abierta.
La
economía china cuenta con tres grandes ventajas y pragmatismo, el tamaño en
un mundo dominado por las economías de
escala y su elevada competitividad. Ejemplo paradigmático de pragmatismo fue la
política económica de DengXiaoping. Mediante un largo pero enmascarado golpe de
Estado en 1992 Deng comenzó a abrir el país al exterior, pero sólo en las zonas
más avanzadas del Apis y manteniendo para el resto, un modelo económico
planificador e intervencionista característico de los países comunistas. Prueba
evidente de pragmatismo es que para Den la verdadera naturaleza del socialismo
es la liberación de las fuerzas
productivas, por lo que una economía de mercado no implica necesariamente el
capitalismo. Deng consiguió generalizar posteriormente el modelo de economía de mercado a través de
un doble compromiso que de nuevo, refleja el pragmatismo de la sociedad china
la población acepto la obediencia a cambio de mejorar su nivel de vida y el
Partido Comunista acepto la transición económica y social a cambio de mayores
privilegios. Tras DengXiaoping, cada vez es más difícil soslayar las
contradicciones de un modelo económico liberal y abierto a la competencia internacional en un país que se declara
socialista y que sigue dirigido por un partido comunista. El modelo de apoya en
la cada vez mayor imbricación entre la clase económica y política y entre los
sectores privado y público.
El fuerte crecimiento de china ha hecho reflexionar
a más de un economista sobre las
ventajas inmediatas que se puede tener un modelo de desarrollo en el que
el sector privado sigue las pautas establecidas por el Estado que a
su vez, se comporta como dictador benevolente con información perfecta sobre lo
que más convienen hacer, sin embargo para alcanzar este equilibrioparetiano, en
el que los recursoso se utilizan de la manera más eficiente posible, el Estado
no puede equivocarse nunca en sus decisiones, lo que parece difícil a juzgar
por la experiencia de otras economías planificadas y de la misma China.
A
pesar de la euforia, la economía china tiene enormes problemas que reducen la
probabilidad de que llegue a ser la primera economía mundial. El principal es
que China sigue siendo en buena medida una economía planificada. La política
económica se basa en planes quinquenales en el mejor espíritu de la antigua
Unión Soviética. Estos se concretan en innumerables decisiones administrativas
que el sector público pero también el privado debe obedecer a rajatabla estos
planes del gobierno central se sobreponen en directrices de los gobiernos
locales que necesariamente concuerdan con los objetivos de Pekin. En esa
marararegilatoria, las empresas estatales siguen siendo responsables de
alrededor de un cuarto del PIB, pero contratan a más empleados que el sector privado. Además
las subvenciones que reciben las empresas estatales para seguir a flote son
prácticamente un tercio del gasto público. Una buena parte de los precios de
los bienes y servicios están controlados por el Estado, lo que abre la puerta a
un mercado negro de productos a precios de mercado y, por tanto a muchas
influencias.
Es
difícil valorar cuánto se ha avanzado en la reforma de empresas estatales: es
verdad que se han reestructurado un gran número de empresas, pero han sido las
más pequeñas y menos conflictivas. Los grandes mastodontes siguen operando y,
en algunos casos, incluso han aumentado el número de actividades y de
empleados. De techo, las de mayores dimensiones cada vez se asemejan más a los
conglomerados coreanos, pues son utilizados para mejorar la imagen
internacional de China. Otro problema asociado es que sigue imposible
diferenciar entre empresas públicas y Estado, porque la estructura de propiedad
de las empresas no es transparente. Aun peor: es difícil distinguir entre las
empresas públicas y el Partido Comunista, ya que los militantes de mayor rango
son los dirigentes de dichas empresas y también los altos funcionarios del
Estado. Y parece que no está avanzándose con suficiente rapidez en la
reestructuración empresarial, menos se ha hecho aún en el ámbito re distributivo.
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