lunes, 3 de diciembre de 2012

SERA CHINA LA PRIMERA POTENCIA MUNDIAL EN UN FUTURO PROXIMO


Será china la primera potencia mundial en algunos años.


El mapa económico mundial sufrirá grandes modificaciones en las próximas décadas, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este organismo que agrupa a los 32 países más industrializados del planeta considera que dentro de 50 años China e India se habrán convertido en las mas grandes económicas del mundo  y acapararán casi la mitad de la riqueza mundial.

En un informe titulado “Una mirada a 2060: Una visión del crecimiento a largo plazo”, la OCDE estima que la actual crisis económica se desvanecerá y la economía volverá a rugir  consistencia, aunque con un patrón diferente al actual. El organismo internacional concluye que la economía mundial  crecerá a un ritmo de 3% durante los próximos 50 años, pero el informe detecta poco a poco su evolución se desacelerará hasta coincidir con la media de los países de la OCDE. Este ritmo desigual del crecimiento económico provocará un cambio radical  en el equilibriomundial. “El PIB combinado de China e India  pronto superará al de las economías como la de Estados Unidos, señala el informe.
Nuevo panorama India, con un crecimiento sostenido del 5,1%, será el país que mejor evolucione  en las próximas cinco décadas. Así, la economía india pasara de representar el 7% del total, al 18% en 2060 con un mayor progreso a partir de 2030. China, que tendrá un crecimiento del 4%, elevara su peso específico del 28% del total. No obstante, la economía china  lograra convertirse en la más importante del mundo en 2030. A partir de ese año mantendrá su peso especifico sin engordar más.
Ahorro y Crecimiento
El estudio señala que el ahorro  es uno de los motores que impulsaran el crecimiento en los próximos años. Indica que las tasas de ahorro privado descenderán en la mayoría de los países durante los próximos 50 años debido al envejecimiento de la población.

Envejecimiento  de la población
El documento del organismo internacional señala el envejecimiento de la población como uno de los lastres que perjudican a la productividad de los países y su ritmo de crecimiento.  La OCDE estima que la población mundial crecerá un 0.3%  anual durante los próximos 50 años. “En igualdad de condiciones, el crecimiento total de la población de más edad actuará como un lastre para el crecimiento del PIB per cápita en varios países”, concluye el informe.
El organismo internacional considera que disminuirá la población en edad de trabajar y propone una mejora de los niveles de educación para combatir este contratiempo. Por otra parte, señala que a nivel global la tasa de paro bajará de los niveles actuales. A medida que los países emergentes más grandes y de más rápido crecimiento asuman plenamente un lugar más prominente en la economía global, nos enfrentamos a nuevos desafíos para garantizar un mundo  prospero y sostenible para todos. Educación y productividad serán los principales motores del crecimiento futuro, y debe ser prioridades de la política mundial. Ha dicho Ángel Gurria, secretario general de la OCDE, estima que la economía mundial va crecer en los próximos 50 años un 3% anual, pero con marcadas diferentes entre los emergentes, que irán mucho más rápido, y los  ahora países avanzados que crecerán lentamente o descrecerán.

 El aumento de los países en desarrollo, sin embargo, es engañoso. Por ejemplo, se prevé que China multiplique por siete los ingresos per cápita, pero sus  estándares de vida no superaran  el 60% de los países  desarrollados en 2060. La zona euro representa actualmente el 17% de la economía global, pero según las proyecciones de la OCDE dentro de 50 años supondrá solo 9% del total. La crisis económica que hemos  estado viviendo durante los últimos cinco años, finalmente será superada, pero es posible que el mundo  que nuestros hijos y nietos hereden sea completamente diferente al nuestro. Dice Gurria que apunta a un cambio en las previsiones si se dan audaces reformas estructurales en los países avanzados que puedan igualar el crecimiento y el nivel de vida de los mercados emergentes. Según la OCDE, España crecerá un media de un 1.7% anual hasta el 2060, por encima de la previsión para Francia o Alemania, pero seguirá muy debajo de la media economía global que crecerá en ese periodo un 2.9%.
El secretario general del organismo económico cree que no ha salido del túnel de la crisis, justifico la elaboración de este informe a largo plazo para contar con una clara hoja de ruta que pueda cambiar el escenarioactual.

La economía china realmente un coloso interno es ya dos tercios del de Estados Unidos además su influencia sobre la economía global es arrolladora. Basta pensar en las etiquetas de la mayoría de productos que importamos: simplemente reflejan que China se ha convertido en el tercer exportador mundial, desbancando a Japón, y sólo después de Alemania y Estados Unidos. De la misma manera, los inmigrantes chinos están  inundando nuestro país de tiendas de productos chinos baratos que está permitiéndoles enriquecerse y seguir manteniendo estrechos  contactos con su país de origen. Además, china se ha convertido en el destino número uno de las grandes multinacionales, lo que ha permitido importar técnicas de producción desarrolladas y tecnológicas para agregar valor a sus exportaciones que, hoy por hoy, ya cubren una enorme variedad de productos.
 Por último, China no se conforma  con recibir  capital extranjero, sino que también consigue invertir masivamente en el extranjero gracias a las ventas de sus productos en todos los mercados mundiales. Las inversiones de China en el exterior, por el momento, se han concentrado en títulos seguros, principalmente del Tesoro de Estados Unidos, cuya necesidad de financiar su enorme déficit, tanto fiscal como por cuenta corriente, ha colocado a china en una posición envidiable, dadas  las cantidades que tiene a disposición  para invertir, y ha colocado a Estados Unidos, en cambio, en una situación de cierta dependencia. Aunque la solvencia de un país como Estados Unidos no plantea dudas, lo cierto es que China con sus inversiones masivas, ha contribuido a que Estados Unidos haya podido  mantener unos costes de financiación reducidos. Más recientemente, China se embarcado en compras de activos reales, fundamentalmente empresas exportadoras de materias primas, pero también de tecnología. Dados los recursos a disposición  de China, esta política de internacionalización de sus empresas está empezando a cambiar el ajedrez económico y empresarial mundial.

En resumen, China es enorme en población y tamaño económico y, además, cada vez está más abierta comercial y financieramente, de modo que por fuerza de las cosas ha de influir sobre la economía mundial. La rapidez con la que se ha producido este fenómeno el PIB se ha doblado en tan solo seis años y la falta de información fehaciente al respecto por la propaganday la censura que aún reinan en el país han hecho que el fenómeno nos haya cogido a todos por sorpresa. Es como si cina hubiera estado sumergida durante muchos años y de repente y sin esperarlo, emergiera con un enorme poderío, si la visión de país subdesarrollado y planificado de tan solo unos años atrás, se ha pasado a observar a China con euforia. La euforia llaga hasta tal punto que algunos analistas prevén incluso que de seguir así las cosas, China se convierta en la primera economía mundial dentro de treinta y cinco años pero, ¿es verdadera esta impresión o es sólo una mera extrapolación al futuro de la euforia  actual? Un vistazo al siglo XX nos trae a la mente varis casos de euforia y decepción: el más claro es probablemente la Unión soviética, que compitió con Estados Unidos durante muchas décadas por llegar a ser la primera potencia mundial, pero con pies de barro, Japón, por su parte, prácticamente alcanzó el tamaño del PIB  de la economía norteamericana en los años ochenta hasta que enorme burbuja inmobiliaria y financiera sumió al país en el pesimismo y en la  deflación.

Incluso China ha vivido ya altibajos similares pues de ser la cuna de los principales descubrimientos la imprenta, el compas o la pólvora, paso a cerrar sus fronteras y renuncio a vivir una revolución industrial que habría ocurrido mucho antes que la europea si no se hubiera encerrado en sí misma. Más recientemente la fundación de Republica Popular China en 1949 fue alabada por los partidos de izquierda  de todo el mundo antes  de la política de Mao fuera considerada una verdadera tragedia bien entrados los sesenta.
La euforia con la que china es valorada  se refleja no solo en las optimistas extrapolaciones sobre el tamaño futuro de su economía, sino también  en el número de libros publicados sobre el tema. Solo en España han aparecido varios volúmenes de autores ManelOllé y Jacinto oler Matutes y algunas traducciones como la del libro de Jean LucDomenach que describen detalla mente cómo China ha conseguido un desarrollo impensable hace tan solo década.

Estos trabajos aunque optimistas sobre el futuro económico de China, dejan también entrever las debilidades de su modelo de desarrollo. En este sentido, China es una inmensidad espacial y demográfica de tal calibre que cualquier afirmación contundente que se haga sobre su futuro e incluso su presente podría ser rebatidaal menos en parte o para un área concreta. E cualquier caso, visto el interés que reviste el tema no sólo para China, sino también para el resto del mundo, mo queda más remedio que generalizar. Pasemos por tanto a analizar cuáles son los principales puntos que podrían convertir a China en la primera economía mundial, así como los problemas presentes y riesgos futuros que reducen la probabilidad de este escenario.

Antes de continuar, sin embargo, es importante reiterar que la pregunta que se plantea este trabajo aspira a un objetivo extremadamente ambicioso: en concreto, si China podrá desbancar a Estados Unidos en su posición  de primera economía mundial. Un objetivo menos ambicioso  no resultaría muy interesante puesto que, hoy por hoy, China ya ocupa un lugar importante en el mundo económico, tal y como había hecho durante siglos antes   de que empezara el periodo negro de dominio de potencias extranjeras, seguido de una guerra civil de facto y de la barbarie del comunismo de Mao. Además parece improbable que China deje de formar parte del grupo potencias económicas, al menos mientras siga siendo una economía abierta.

La economía china cuenta con tres grandes ventajas y pragmatismo, el tamaño en un  mundo dominado por las economías de escala y su elevada competitividad. Ejemplo paradigmático de pragmatismo fue la política económica de DengXiaoping. Mediante un largo pero enmascarado golpe de Estado en 1992 Deng comenzó  a abrir  el país al exterior, pero sólo en las zonas más avanzadas del Apis y manteniendo para el resto, un modelo económico planificador e intervencionista característico de los países comunistas. Prueba evidente de pragmatismo es que para Den la verdadera naturaleza del socialismo es la liberación  de las fuerzas productivas, por lo que una economía de mercado no implica necesariamente el capitalismo. Deng consiguió generalizar posteriormente  el modelo de economía de mercado a través de un doble compromiso que de nuevo, refleja el pragmatismo de la sociedad china la población acepto la obediencia a cambio de mejorar su nivel de vida y el Partido Comunista acepto la transición económica y social a cambio de mayores privilegios. Tras DengXiaoping, cada vez es más difícil soslayar las contradicciones de un modelo económico liberal y abierto a la competencia  internacional en un país que se declara socialista y que sigue dirigido por un partido comunista. El modelo de apoya en la cada vez mayor imbricación entre la clase económica y política y entre los sectores privado y público. 
El fuerte crecimiento de china ha hecho reflexionar a más de un economista sobre las  ventajas inmediatas que se puede tener un modelo de desarrollo en el que el sector  privado sigue  las pautas establecidas por el Estado que a su vez, se comporta como dictador benevolente con información perfecta sobre lo que más convienen hacer, sin embargo para alcanzar este equilibrioparetiano, en el que los recursoso se utilizan de la manera más eficiente posible, el Estado no puede equivocarse nunca en sus decisiones, lo que parece difícil a juzgar por la experiencia de otras economías planificadas y de la misma China.

La segunda ventaja a favor de china es su enorme y homogénea población, que ofrece posibilidades ingentes de negocio y por tanto constituye un imán  para la inversión directa extrajera china es ya uno de los mayores mercados del mundo y lo será cada vez más a medida que aumente la renta disponible de sus ciudadano. Aunque la clase media-alta se cifraba en un 5% de  la población en 2005, según estadísticas oficiales y de mantenerse y de mantenerse el fuerte crecimiento  actual, en poco más de una década podría alcanzar el 45% además sia liderada cada vez más por china está intentando crear el mayor bloque económico regional del mundo, no sólo en términos de número de consumidores, sino de poder de compra a través de la Asociación de Naciones del sureste asiático además de China, Corea y Japón.

A pesar de la euforia, la economía china tiene enormes problemas que reducen la probabilidad de que llegue a ser la primera economía mundial. El principal es que China sigue siendo en buena medida una economía planificada. La política económica se basa en planes quinquenales en el mejor espíritu de la antigua Unión Soviética. Estos se concretan en innumerables decisiones administrativas que el sector público pero también el privado debe obedecer a rajatabla estos planes del gobierno central se sobreponen en directrices de los gobiernos locales que necesariamente concuerdan con los objetivos de Pekin. En esa marararegilatoria, las empresas estatales siguen siendo responsables de alrededor de un cuarto del PIB, pero contratan  a más empleados que el sector privado. Además las subvenciones que reciben las empresas estatales para seguir a flote son prácticamente un tercio del gasto público. Una buena parte de los precios de los bienes y servicios están controlados por el Estado, lo que abre la puerta a un mercado negro de productos a precios de mercado y, por tanto a muchas influencias.
Muchas reformas estructurales son necesarias para cambiar el papel del Estado en China algunas de dichas reformas están llenándose a cabo y otras menos. Pasando revista a las más necesarias, haría falta reducir el papel productor del Estado y aumentar un papel más redistibuidor y menos productor. Este objetivo comporta la reestructuración de las empresas públicas, que en algunos casos pasa por su cierre o su privatización, con el enorme problema que conlleva en términos de destrucción de empleo en un país sin subsidio de empleo. Por otro lado, el reducido gasto en sanidad y pensiones deberá aumentar y ofrecer unos servicios sociales mínimos para la parte más pobre de la población.

Es difícil valorar cuánto se ha avanzado en la reforma de empresas estatales: es verdad que se han reestructurado un gran número de empresas, pero han sido las más pequeñas y menos conflictivas. Los grandes mastodontes siguen operando y, en algunos casos, incluso han aumentado el número de actividades y de empleados. De techo, las de mayores dimensiones cada vez se asemejan más a los conglomerados coreanos, pues son utilizados para mejorar la imagen internacional de China. Otro problema asociado es que sigue imposible diferenciar entre empresas públicas y Estado, porque la estructura de propiedad de las empresas no es transparente. Aun peor: es difícil distinguir entre las empresas públicas y el Partido Comunista, ya que los militantes de mayor rango son los dirigentes de dichas empresas y también los altos funcionarios del Estado. Y parece que no está avanzándose con suficiente rapidez en la reestructuración empresarial, menos se ha hecho aún en el ámbito re distributivo.


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